Independientemente de tu raza, origen étnico o sexo, comer saludable parece ser una manera inteligente de mejorar tus probabilidades de vivir una vida más larga, según investigadores que analizaron décadas de datos recopilados sobre más de 119,000 adultos. El estudio, publicado en la revista JAMA Internal Medicine (en inglés), descubrió que un mayor cumplimiento de un patrón alimentario saludable —como una dieta mediterránea u otra dieta saludable a base de plantas— se relacionó con un riesgo aproximadamente un 20% menor de muerte prematura. En particular, los investigadores descubrieron que estos vínculos se encontraron entre todos los grupos raciales, étnicos y otros.
“Nuestros hallazgos respaldan las recomendaciones de las Guías Alimentarias para Estadounidenses (DGA) en cuanto a los múltiples patrones de alimentación saludable para todos los individuos en Estados Unidos con diversas tradiciones y preferencias culturales y personales sobre la comida”, concluyó el autor correspondiente, el Dr. Frank B. Hu, de la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de Harvard en Boston, junto con sus colegas investigadores.
En resumen, eso significa que independientemente de tu edad, raza, origen étnico o estado de salud actual, no tienes que renunciar a tus comidas favoritas ni a tus tradiciones culturales, o gastar demasiado dinero, para comer sano.
Las Guías Alimentarias para Estadounidenses
En sus más recientes Guías Alimentarias para Estadounidenses (en inglés), el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) recomienda seguir una dieta modesta de alimentos y bebidas “ricos en nutrientes”. Eso significa que también debes prestar atención a las calorías y no consumir demasiado de una sola cosa.
Como explican las DGA, los alimentos ricos en nutrientes “proporcionan vitaminas, minerales y otros componentes que promueven la salud y que contienen muy poco —o nada— de azúcar agregada, grasa saturada y sodio”.
Según el USDA, estos alimentos incluyen:
- Verduras de todo tipo, incluidas verduras de hoja verde oscura, verduras con almidón como batatas y frijoles, guisantes y lentejas (que también son ricas en proteína)
- Fruta, especialmente fruta entera
- Granos, al menos la mitad de los cuales deben ser granos integrales
- Lácteos, incluida la leche sin grasa o baja en grasa, el yogur y el queso. También se recomiendan el yogur y las bebidas de soya sin lactosa y enriquecidas.
- Proteínas, como carnes magras, aves y huevos; mariscos; frijoles, guisantes y lentejas; nueces, semillas y productos de soya
- Aceites, incluidos aceites vegetales y aceites en alimentos como mariscos y nueces