DISCURSO DEL ALMIRANTE RAYMUNDO PEDRO MORALES ÁNGELES, SECRETARIO DE MARINA Y ALTO MANDO DE LA ARMADA DE MÉXICO, DURANTE EL DESFILE CÍVICO-MILITAR ALUSIVO A LOS 215 AÑOS DEL GRITO DE INDEPENDENCIA

Detrás de la libertad de un pueblo siempre estarán presentes las decisiones individuales y colectivas, hay riesgos que deben tomarse por un bien común, por un bien superior, por el bien de la Nación.

Hoy, orgullosamente podemos decir que somos libres para elegir el rumbo a navegar y el puerto para alcanzar el bienestar, la felicidad de todas y todos los mexicanos.

El Grito de Independencia, la madrugada de hace 215 años, detonó una lucha por la emancipación de las mujeres y hombres de esta tierra.

Episodio histórico de lucha por la libertad que se fraguaría al interior del territorio y que se consolidaría en la mar, a consecuencia de una significativa estrategia naval un 23 de noviembre de 1825.

  • Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, Presidenta Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas.
  • Diputada Kenia López Rabadán, Presidenta de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Diputados.
  • Senadora Laura Itzel Castillo Juárez, Presidenta de la Mesa Directiva de la Honorable Cámara de Senadores.
  • Ministro Hugo Aguilar Ortiz, Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
  • General Ricardo Trevilla Trejo, Secretario de la Defensa Nacional y Alto Mando del Ejército, Fuerza Aérea y Guardia Nacional.
  • Licenciada Clara Brugada Molina, Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
  • Distinguidas y distinguidos Secretarios de Estado e integrantes del gabinete legal y ampliado.
  • Invitados especiales de naciones hermanas y Agregados militares, navales y aéreos acreditados en nuestro país.
  • Mujeres y hombres integrantes de las Fuerzas Armadas Mexicanas y Guardia Nacional.
  • Ciudadanía y familias mexicanas que nos acompañan en este tradicional desfile cívico-militar, tanto físicamente como desde sus hogares.
  • Representantes de los medios de comunicación.
  • Muy buenos días:

Las y los insurgentes, liderados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, jamás hubieran imaginado, en aquel entonces, que su llamado tendría como resultado el gran país que hoy somos.

Un México producto de golpes de timón y lecciones aprendidas necesarias para consolidar las transformaciones profundas que hoy nos definen.

La guerra de Independencia, como primera transformación, marcaría el destino hacia la libertad y la soberanía. La Armada es justamente el resultado de ese episodio histórico nacional. Su creación, el 4 de octubre de 1821, la hace heredera de un deseo colectivo por fraguar en nuestras instituciones el inicio del Estado mexicano.

La historia de México, la de nuestro pueblo, es la historia de su Armada con sus luchas y esperanzas; siempre han estado vinculadas, una y la otra.

Somos una Armada que nació para servir a México, surgida de las entrañas de una Nación que luchó con vigor y legitimidad por su Independencia. Y fue precisamente en la mar donde se fortaleció uno de los lazos más fuertes y sublimes con nuestro pueblo: contribuir a la consolidación de la Independencia Nacional.

Con la cuarta transformación, la revolución de las conciencias ha sido el faro que guía nuestro actuar. Este segundo piso de cambios exige más fortaleza y claridad: no hay marcha atrás.

De la mano de nuestro pueblo, hemos apelado, con mayor vigor, al marco de la legalidad para erradicar males como la corrupción. Juntos enfrentamos retos históricos y asumimos cada desafío con el mismo coraje y los valores que nos definen: con Honor, Deber, Lealtad y Patriotismo.

Desde la Secretaría de Marina-Armada de México hemos actuado con una sola brújula: la honestidad y la transparencia.

Como la Institución más querida de México hemos trazado sólo un rumbo a seguir, por lo que cualquier desafío recibe de nosotros todo el peso de nuestra honestidad y una frontal respuesta a nuestro pueblo. Pase lo que pase, duela lo que duela, se trate de quien se trate, porque el amor de un pueblo, sólo puede corresponderse con el mismo sentimiento.

Nuestra lealtad a México nos sostiene en todo momento. Fue mediante un ejercicio de sabiduría, sensatez, congruencia y humildad que pusimos ante la ley, ante la conciencia y el escrutinio de las y los mexicanos actos reprobables que no nos definen como Institución, si no que podían enquistarse y quedarse para dañar a nuestro pueblo.

Fue muy duro aceptarlo, pero hubiera sido mucho más y absolutamente imperdonable callarlo.

Así, el mal tuvo un fin determinante. En la Marina no encontró lugar ni abrigo.

Fuimos nosotros mismos quienes dimos el golpe de timón, porque la lucha contra la corrupción y la impunidad son parte central de la transformación.

Jamás fue para nosotros opción el disimulo; porque el silencio no nos define.

La verdad, en cambio, nos fortalece, la justicia nos determina y la honestidad nos sustenta.

Hoy la Marina de México es más fuerte; la Marina de las y los mexicanos.

Una Marina en la que la ley es para todos.

Quien ama a México tiene la responsabilidad de responder.

En este desfile y en cada rincón del país contamos con una Marina sostenida por una determinación de más de 200 años de historia, esa misma que nos ha hecho responder de cara a nuestro pueblo como sólo se esperaba de las y los marinos navales: con aplomo, con fuerza, con determinación y con el corazón en la mano.

Mi Comandanta Suprema:

Hoy, los más, los que siempre hemos sido, salimos como cada año a las calles de México a refrendar nuestro patriotismo a las y los mexicanos y con ello a declarar un amor que no nos cabe en el pecho.

Hoy, mujeres y hombres navales y marinos mercantes, teniendo por primera vez en la historia de la Nación y de nuestras Fuerzas Armadas a una Comandanta Suprema, a una mujer; hacemos historia en su primer desfile cívico-militar y en todo lo que significa seguir transformando a México.

Con cada paso en este desfile y parada aérea, lo mismo que en cada rincón nacional, por mar, aire y tierra les decimos que cuentan con una Marina que cree en la aplicación plena de la ley y que actúa bajo el código de la honestidad y la justicia.

Porque sólo se mantiene el honor con la verdad.

Porque en un país libre y soberano como el nuestro la ley es timón y guía.

Porque nuestro deseo de servir a México hoy es más grande que nunca.

Por 215 años de un México libre e independiente.

Por más de dos siglos de navegar con México.

Muchas gracias.

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