Demostrando aún más el poder de la inteligencia artificial en lo que se trata de alterar imágenes de forma fotorrealista, los investigadores de Disney han revelado una nueva herramienta de envejecimiento y reducción de edad que puede hacer que un actor parezca convincentemente mayor o más joven, sin la necesidad de semanas de trabajo en efectos visuales complejos y costosos.
Al ver una película de alto presupuesto como Ant-Man and the Wasp de 2018, la mayoría de los espectadores pueden detectar fácilmente el trabajo de los estudios de efectos visuales que contribuyen en estas películas, con momentos llamativos como cuando Ant-Man se encoge o crece a proporciones gigantescas. Pero a veces puede ser más difícil lograr resultados fotorrealistas en los trabajos de efectos visuales más sutiles, como las escenas con versiones más jóvenes de los actores Michael Douglas y Michelle Pfeiffer. Para obtener resultados como los que se ven en la película, los artistas deben pasar semanas borrando las arrugas y otros signos reveladores de la edad del rostro de un actor, o reemplazarlo por completo con un doble generado por computadora.
Los efectos visuales son una poderosa herramienta cinematográfica, pero hay muchas razones para querer encontrar formas de hacerlos más fáciles de crear; desde aligerar la carga de los artistas que ya están sobrecargados de trabajo y mal pagados, hasta hacer que las herramientas sean accesibles para los cineastas que no cuentan con los presupuestos inmensos de Hollywood. Por supuesto, incluso para los grandes estudios, existe un motivo de lucro al poder automatizar este tipo de trabajo.
Es por eso que compañías como Disney invierten en investigación para ayudar a avanzar en el arte de los efectos visuales, pero en los últimos años estos investigadores también han estado explorando cómo la inteligencia artificial puede simplificar el trabajo de VFX. Hace dos años, Disney Research Studios desarrolló herramientas impulsadas por IA que podían generar videos de intercambio de rostros con suficiente calidad y resolución para ser utilizados en la realización de películas profesionales. Este año, los investigadores están demostrando una nueva herramienta que aprovecha la IA para hacer que los actores parezcan de mayor edad o más jóvenes, sin necesitar semanas de trabajo como hasta ahora.
Ya se ha probado el uso de redes neuronales y aprendizaje automático para envejecer o reducir la edad de una persona, y aunque los resultados son lo suficientemente convincentes cuando se aplican a imágenes fijas, no producían resultados fotorrealistas en videos en movimiento, con artefactos temporales que aparecen y desaparecen de cuadro a cuadro, y la apariencia de la persona ocasionalmente se vuelve irreconocible mientras se reproduce el video alterado.
Para crear una herramienta de inteligencia artificial que cambiara la edad, que estuviera preparada para las demandas de Hollywood y que fuera lo suficientemente flexible para trabajar en imágenes en movimiento, o en tomas donde un actor no siempre mira directamente a la cámara, los investigadores de Disney, como se detalla en un artículo publicado recientemente, primero crearon una base de datos de miles de rostros sintéticos generados de manera aleatoria. Se usaron herramientas de envejecimiento de aprendizaje automático existentes para envejecer y reducir la edad de estos miles de sujetos de prueba inexistentes, y esos resultados se usaron para entrenar una nueva red neuronal llamada FRAN (“face re-aging network”, o red de envejecimiento facial).
Cuando FRAN recibe una foto de rostro original, en lugar de generar una foto de rostro alterada, predice qué partes de la cara se alterarían con la edad, añadiendo o eliminando arrugas, y esos resultados luego se superponen sobre la cara original como una capa adicional de información visual añadida. Este enfoque preserva con precisión la apariencia y la identidad de la persona, incluso cuando su cabeza se mueve, cuando su rostro mira a su alrededor o cuando las condiciones de iluminación en una toma cambian con el tiempo. También permite que un artista ajuste y modifique los cambios generados por la IA, lo cual es una parte importante del trabajo de VFX: hacer que las alteraciones se mezclen perfectamente en una toma para que los cambios sean invisibles para la audiencia.
